Valderrama 18.






                                                                                                                                           


















Afarin Sajedi




one's own ruin [sa ruine]--

uno se enamora
de un epitafio
y lo pule
contra
sí mismo
día tras día
le llama
y se hace
llamar
por él
de todas
las formas
posibles
pero solo
es uno
su epitafio



Ismael Velázquez Juárez





Paul White


Axiomas
                                

enriKetta / 1 = 
                              (enriKetta dividida por la unidad es infinito)
enriKetta / 0 = 1
  (enriKetta dividida por la nada es la unidad)
enriKetta / enriKetta = Ф
(enriKetta dividida por sí misma es el vacío)
enriKetta / olga = Ф
(enriKetta dividida por olga es el vacío)
olga / enriKetta= 0
(olga dividida por enriKetta es la nada)

Nota: (infinito = ∞    vacío = Ф )


enriKetta luissi






Ghosts-  Drawing on Paper  by Rachel Goodyear
Rachel Goodyear



Pan con mantequilla y mermelada

Menos mal que iba a despertarme
sin dolores de cabeza producidos
por el insomnio y la insistencia

en preguntarle a los oráculos
lo que el dueño del negocio de
la esquina podría responderte,

menos mal que la torre central
de la iglesia de tu colegio se vino
abajo después del terremoto con

el mismo estruendo con que se
hubiera venido la iglesia entera,
menos mal que el folklore no es

cuestión de folkloristas sino de
las rocas que están allí para
defender al mar de los que

vienen a contemplarlo y las olas
cada cierto tiempo se los llevan
y los devuelven más gordos

pero sin aire, menos mal que
las sopaipillas sólo se pueden
comer y preparar después de

una buena lluvia de invierno
cuando no dan ganas de salir
de la casa de tus amigos que

se ven en la obligación de por
lo menos invitarte a tomar
once: bendita sea la nube

que dejó caer toda esa agua
sobre nuestras cabezas y
benditos sean esos ductos

del desagüe que no funcionan
ni han funcionado nunca
durante ninguno de los

inviernos que somos capaces
de recordar: los tics de la ciudad
los llevamos en la piel, los

vicios del lugar donde nacimos
en las líneas de las manos para
que alguien los lea como si fuera

un cuento narrado por uno que vive
pero no vive y de tal manera
espera algún día volver

a ese lugar donde alimentar a los amigos
no depende de qué estación del año
sino de la cantidad de agua caída

y las cocinas son un pasillo entre
el patio y el comedor, menos
mal que llegábamos sin

anunciarnos, menos mal
que la puerta siempre estuvo
abierta y el ascensor llegaba

hasta el tercero de ese edificio
de diez pisos: hubo alguno
que sufrió de claustrofobia

subiendo las escaleras pero
por regla general a todo el
mundo se le hacía pasar

hasta la sala: e incluso se
hacían las monedas para
poder pagar la micro e

incluso todavía no se olvidan
de la cantidad que les debemos.
Pero la mayor muestra de amistad

era pedir prestado el teléfono,
era salir a andar en bicicleta
alrededor de la cuadra en

que vivíamos pendientes de la
próxima metáfora pendiendo
como un fruto prohibido del

árbol de nuestras vecinas:
después hacíamos mermelada,
después se la echábamos al pan

sin la obligación de ser felices.



Cristián Gómez Olivares





























Afarin Sajedi




120213

una cafetera
puede contarle su vida
a una lata de cerveza
y dos latas de cerveza
pueden decirse lo que sea
pero solo lo hacen
por amabilidad
para hacerte saber
que tú no puedes hablar
pero crees que sí
y eso es humano
y sufren
por ti

Ismael Velázquez Juárez



Paul White


Maybe
                                                      

Tal vez eso no es un lugar, más un montón de Dark Matter.
Allí estarán esperando, esperando por nosotros. Ellos, un montón de
Dark Matter, masajearán nuestros pies, bocas, pensamientos,
que tal vez no serán más.  Esperan por nosotros. Siempre esperan.
Como buenos doctores nos conocen  y examinarán  a la perfección.
Allí, en eso, checarán pies, bocas, pensamientos y más, y, tal vez, llevarán
a otro lado el reciclaje completo.


enriKetta luissi





alternative ways of finding a mate
Rachel Goodyear


Renga

 

 

Quisiera dar las gracias

por este pan sobre la mesa.
Si me llevara la vida entera
agradecer este desayuno

espérenme, por favor:
espérenme leyendo en los escaños
de una escalera que dirija a otra
escalera, divagando sobre
la calidad de los alimentos

recibidos –y su relación
irrenunciable con la lengua.
En el intertanto

pueden practicar lecciones
de dibujo o algún instrumento
musical, pueden practicar
el camino del guerrero

-Gorin no sho, de Musashi-
y estudiar la forma en que
el enemigo intenta aprovechar
tus debilidades (saca ventaja

de que intente aprovechar
tus debilidades), escribir con
tinta invisible un mensaje 
que lo confunda: el kanji

donde su muerte venga escrita.
Aprender la caligrafía de los hiragana.
El tono con que se dibujan las sombras
cuando el bambú se corta para usarlo

como un remo para defenderse contra el agua.
Aprender a esquivar los golpes
y la tinta demasiado gruesa.

Aprender a aprender a respirar.

           
                                               San Agustín Etla, 30 de Abril, 2013

Cristián Gómez Olivares




























Afarin Sajedi






motor

“I’ll be there if they need obscurement”
(samuel beckett)

tomo un lápiz
e intento dibujar
ni siquiera es algo
dejar una mesa
llevar una rama de un lado a otro
lamer una ventana
podría dibujar
pero tomo un lápiz
lo miro
me como el lápiz
soy un motor
como lápiz
tras lápiz

Ismael Velázquez Juárez




Paul White




En la galaxia de nombre impornunciable

                                                

cada día de no–día
asignaremos abecedario sin letras
números desconocidos de colores y aromas en secuencia infinita
Crearemos ecuaciones absurdas que tendrán sentido
por ejemplo
uno es igual a pi      uno menos pi es uno    uno entre uno es infinito
y serán bajo la lengua como el canto de los pájaros
en el ojo que no es ojo
Refugio de versos incendiados cinturón sotol huizache palomita obsidiana pirámide perfil aleteo vagina
Algo o alguien me dicta esto
puedo oler su vestido blanco y sus mamíferas manos 
transfiguradas en las mías



enriKetta luissi





girl through a hoop
Rachel Goodyear


La nueva siderúrgica, Nowo Huta, Cracovia, Venceremos

Los edificios eran tan grandes porque las clases desaparecerían.
La antigua siderúrgica dio paso a un nuevo barrio. Las avenidas
se hicieron anchas para que pasaran los obreros. Departamentos

del mismo tamaño, todos copiados a imagen y semejanza de los otros:
el teatro del pueblo, la plaza con el nombre del libertador y los planos
eran lo más importante. Trazar las líneas con un lápiz realista: es

imposible perderse en ese barrio, es imposible sentirse solo, siempre
hay un tranvía lleno de gente que vuelve hasta sus casas, incapaz
de sacarte la vista de encima. En este país siempre han tenido

que elegir entre el horror y el mal menor, incluso los héroes
trabajaron para la independencia de otros países o fueron
apresados por los nazis porque sus aliados los recibieron

con los brazos abiertos de la misma forma en que se negaran
a escucharlos, habría que haber sido judío en cualquiera
de todas estas ciudades para ver como son capaces

de quitarte una casa que ni siquiera te pertenece mientras
el mesías no vuelva a aparecer como nos lo vienen
prometiendo desde los días de la destrucción del templo

y los obreros organizados puedan asistir a la ópera
para derrocar al zar en todas y cada una de las funciones.
La enormidad de las escuelas públicas, las plazas para recibir

a esas familias donde los niños juegan por obligación,
el mercado negro es parte de la planificación centralizada
la gente que te observa es parte de la planificación centralizada:

no importa que hayan botado esa estatua mientras todos aplaudían.
No importa que hayan celebrado una misa al aire libre. En el fondo
de los fondos el cuerpo de Cristo se encuentra en el acero. 



Cristián Gómez Olivares

























Afarin Sajedi





memorias de guerra


me encontraron muerto
en un hotel

no sé en qué año
pero estábamos en guerra

me cortaba las uñas
y caí muerto al piso

no sé quién luchaba
ni contra qué

yo me cortaba las uñas

estábamos en guerra

y pensaba en ti


Ismael Velázquez Juárez







hoodman blind
Rachel Goodyear


Que inevitable empieza

Yo resistí la tormenta,
Yo derroté mi exilio.
E.P

Arrojarse al mar para que el agua se purifique
sólo lo puede hacer un adolescente vestido
con un uniforme de colegio y en la cara

el espanto de haberlo visto todo
con los ojos abiertos y cerrados,
pero insiste, pero insiste porque

es capaz de soplar más fuerte que el viento
para apagar las velas de una torta que
no celebra ningún cumpleaños,

un pastel maldito, una verdadera delicia
para los amantes de las calorías
y las grasas saturadas, una

receta con la que nuestras madres se aseguran
de que vamos a chuparnos nuestros
dedos delante de nuestros

invitados: enamórense, por favor,
enamórense en nuestro nombre, hagan
realidad eso de que la belleza

será no me acuerdo cuál era el adjetivo
o no será: yo fallé pero lo reconozco
yo también tuve mis tardes en esa plaza

tirados sobre el pasto engendrando
una cuenta de hospital de la que
haríamos por supuesto a otros

responsables, sacudiendo los chalecos,
limpiándonos el pelo de esas huellas
del tiempo perdido, de los dientes

de león heredados incluso
en nuestras ropas interiores,
libérense de ese lastre que significa

graduarse de cualquier cosa
y por lo que más quieran en este mundo
traidor como ninguno de los otros mundos que

conozco: olvídense, olvídense y olvídense.
No importa que la ropa sea prestada
siempre y cuando uno sepa ponérsela,

más importante que llegar sin invitación
es identificar rápidamente al dueño de la casa
averiguar si es hincha o no de algún equipo

y en el caso de haber entrado al velorio equivocado
saludar a la viuda dependiendo de la edad y de cuantos
hijos tenga. El resto se aprende con los años,

las calles de la ciudad se convierten en un mapa
después de mucho haberlas recorrido
cargando con las bolsas del supermercado

y esos libros que no vas a leer ni tampoco necesitas,
para dormir hay que dejar que las ovejas entren
al corral como las palabras que vamos

aprendiendo para derrotar al exilio es imprescindible
una adolescencia que alimente los recuerdos
porque resistir la tormenta es una cosa

otra muy distinta meterse al mar
sabiendo que las olas son un muro
que no necesita obreros ni ladrillos

para formar una casa si estamos dentro
para ser un puente si quisiéramos cruzarlo
ya estaba allí antes de que nadie lo construyera

y seguirá cuando terminemos de derrumbarlo.

      
Cristián Gómez Olivares






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